miércoles, 14 de noviembre de 2012

Pronosticando paradigmas

Por: juan josé rueda


Por 1995, la Internet estaba recién empezando su crecimiento exponencial. La denominada era de la Información no sólo ya había comenzado, sino que se había desarrollado de una manera tan vertiginosa, que se vionecesario empezar a plantearla manera en que los cambios tecnológicos transformarían el mundo en el futuro a corto y mediano plazo. Nicholas Negroponte, en “Ser Digital”, tiene una visión optimista del tema, siendo consciente de este súper desarrollo tecnológico, dando como ejemplo la diferencia entre ‘átomos y bits’ en la transferencia de la información; y se atreve a dar una previsión de la siguiente era de la información que traería el siguiente milenio. Negroponte se centra primordialmente en las posibilidades que brindarían las nuevas tecnologías –sobre todo las de telecomunicaciones–en función de la eficiencia, pero también en función del disfrute del individuo que se verá beneficiado por ellas. Es decir, se centra más en un contexto económico y cultural.
En el capítulo 13 de su libro, Negroponte (1995) hace un notable énfasis en la forma en que los cambios tecnológicos afectan distintos aspectos de la sociedad que conformaría la Era de la Post-Información. El primero, tiene que ver con la demografía y el modo de distribución de la información, a través de seleccionesespecializadas y automatizadasde información, dirigida ya no tanto hacia una masa, sino hacia un individuo, basándose en datos personales que el mismo proporciona. El segundo aspecto tiene que ver con la superación de las restricciones geográficas, en donde ya se dependerá mucho menos el estar en un lugar específico para realizar una tarea específica. El tercero tiene que ver con la asincronía en los procesos de transmisión de información, en donde se habla de la poca dependencia de las transmisiones en tiempo real, y de una marcada tendencia hacia las transmisiones asíncronas sobre las sincrónicas. El cuarto aspecto habla sobre la selección especializada de la información por parte del individuo, dentro de una biblioteca de información en la que se puede buscar un contenido en específico.
Sin embargo es ahora, en nuestros días, un buen momento para dar un juicio acertado sobre tales aproximaciones de Negroponte para nuestra época. De tal manera podemos encontrar que para el primer aspecto, de la era post-informacional,de demografía individual,existe una semejanza con la forma de trabajar del motor de búsqueda de Google, en tanto se refiere a su algoritmo característico que filtra la información que busque el usuario, basado en resultados previos, y logrando una búsqueda especializada y personalizada. Lo mismo se puede ver en Facebook, con los distintos tipos de publicidades que recibe el usuario, basándose en los distintos gustos y datos personales que haya definido a lo largo de su tiempo en la red social.
Sobre el segundo aspecto, acerca de la reducida dependencia del espacio físico, fue muy acertado, ya que hoy en día, con conceptos como la “nube” o “e-cloud” y sobre todo con el fenómeno de los Smartphones, y su gran portabilidad y continua conexión a internet, dan un claro ejemplo de que el lugar físico ya no significa una restricción para realizar tareas específicas.
Respecto al tercer aspecto, sobre la asincronía, es posible observar cierta congruencia con lo que dice Negroponte sobre la tendencia del material asíncrono sobre el sincrónico, en cuanto se esté hablando de productos culturalesen general, como material audiovisual de YouTube, Vimeo y SoundCloud. Pero lo que Negroponte nunca llegó a contar fue la nacida necesidad actual de poder “conectarse las 24 horas”, que se dio gracias al avance de las telecomunicaciones. Negroponte ya había previsto que para esta era existieran distintas “comunidades digitales”, pero nunca contó con el fenómeno que generarían las redes sociales, al igual que lo hizo –nuevamente– la mensajería instantánea de los Smartphones.

Ya sobre el cuarto aspecto, sobre la selección personalizada de contenido dentro una biblioteca de información, puede verse que Negroponte dio una previsión acertada sobre los motores de búsqueda en Internet, en cuanto a su función de filtrar la información por criterios específicos para encontrar información especializada, dentro de esa enorme biblioteca de información. Sin embargo existe cierta incongruencia en su afirmación de que estos serviciosdebían ser pagados por parte del usuario al momento de consumir la información especializada, cuando la realidad ha mostrado que son más los sitios que prestan sus servicios gratuitamente y que se utilizan la publicidad para financiarse, como YouTube y Facebook.
Esta visión de Negroponte da muchas esperanzas de progreso a nivel cultural y económico, pero también es cierto que algunas de sus predicciones están aún hoy lejos de cumplirse. Otros expertos como Armand Mattelard (2001) dan otra mirada a nivel político sobre la era de la información, sobre el afán del Estado por tener control sobre el flujo de información. Y hasta el día de hoy hemos presenciado hechos que lo corroboran, como el escándalo de Wikileaks y los proyectos de ley ACTA y SOPA, que podrían dar pie de por qué nos ha sido tan difícil lograr ese avance que tenía en mente Negroponte. Sin embargo, hay algo que escapa a estas dos miradas, y que surgió como producto de la Web 2.0, y es el cambio cultural de la juventud en general (los nativos digitales) en el que empieza a aparecer un interés en crear y compartir información con otros, con poco interés en el lucro (software libre). Quizás Negroponte no tuvo en mente que este cambio también afectaría de manera al modelo industrial de entonces, hasta tal punto en que quisiera empezar a “atomizar los bits”. Al final, no debería desacreditarse el optimismo de Negroponte ni el pesimismo de Mattelard respecto a cómo se ve la nueva era digital. Debería adoptarse una tercera visión al respecto, a nivel más social, que tome en cuenta las advertencias políticas de Mattelard y tenga como objetivo llegar a ese progreso económico cultural que propone Negroponte, pero sin descuidar la importancia social que puede llegar a tener esta Nueva Sociedad de la Información. Cosa que no se está previendo, sino que ya está ocurriendo y que debería tenerse en cuenta. Negroponte (1995) no se equivocó cuando propuso que “la primera división cultural va a ser generacional”.

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